Psicoterapia Basada en la Evidencia

La práctica de una psicoterapia basada en la evidencia: El budismo como uno de los aportes más preciados.

​ La psicoterapia basada en evidencia es un método heurístico en constante avance; es decir, es un procedimiento que afina y perfecciona la práctica clínica mediante la búsqueda sistemática de información, la cual facilita el análisis de un problema, detallando qué es lo que se sabe y desconoce de él, observando los distintos elementos que lo componen o a partir de un diagrama que permita tomar decisiones con precisión y seguridad. Se busca que la psicoterapia cuente con la mejor información disponible respecto a la eficacia comprobada, sobre todo de las que ha sido posible comparar de manera empírica. La lógica indica que así como la eficacia en los medicamentos es verificada por medio de exhaustivos procedimientos de investigación, las intervenciones psicológicas deben mostrar su eficacia comparándolas entre sí mediante pruebas y controles empíricos. Todo lo que no incluya comprobación no no es útil.

Además de dominar habilidades y competencias clínicas como la observación, la entrevista, el diagnóstico, la indicación de la psicoterapia adecuada,  la educación y la investigación clínica, la práctica profesional requiere que los psicólogos desarrollen habilidades de intervención. El budismo ha dado grandes aportes al respecto pero se lo ha tenido a un lado por mucho tiempo, dado el prejuicio por considerarlo una práctica religiosa.

Esta psicoterapia tiene bases filosóficas y éticas que  junto a su metodología psicoterapéutica se respalda en el pensamiento científico, dada que la misma no realiza interpretaciones del posible acontecer de las personas sino busca de primera mano sus manifestaciones para así ayudarlo a aliviar su sufrimiento. La neurociencia, la física cuántica, la ciencia cognitiva, la psicoeducación, las terapias conductuales han dado un gran aporte al respecto. El budismo ha tenido mucho que ver porque desde antaño ha estado explicando lo que hoy estas disciplinas tratan de decirnos. El budismo nace como una psicoterapia y no como religión, tiene más de 2500 años y es la primera registrada como tal. Se la consideró tomando el sufrimiento como objeto de estudio, considerando como algo consecuente de la actividad de nuestra mente. En los últimos años, los avances de la neurociencia, terapias y ciencias cognitivas, terapias conductuales y psicosociales confirman sus postulados; hoy son muchas las corrientes de psicoterapias que han tomado sus bases como referente.

Sidharta Gautama, luego convertido en el Buda, fue quien se ocupó de investigar la existencia, el origen y el modo de librarse del sufrimiento; diferenciando a éste del dolor. Generaciones póstumas se han encargado de difundir y orientar sus enseñanzas desde diferentes caminos como el filosófico, el ético,  como una modalidad de vida o como camino de vida monástica. La misma siempre se centró en encontrar alivio al sufrimiento. La psicoterapia es uno de esos caminos.

Luego que Gautama lograse el más alto nivel de conciencia, comprueba que es la mente la encargada de tramar una realidad interna y hacernos sufrir debido a las distorsiones que en ella se generan. A medida que crecemos y envejecemos vamos habituándonos a creencias, pensamientos, percepciones y sentimientos aprendidos que nos van condicionando  la forma de experimentar el mundo, la realidad y el autopercibimiento; así se generan conflictos y sufrimiento, manteniéndonos en una trampa interna.

El cese de aprendizajes erróneos que condicionan la psiquis, el cese de actividades no productivas de la mente que generan una realidad ilusoria, el cese de un Yo imaginario,  el cese de  apegos a cosas tangibles y no tangibles producen cese de sufrimiento y genera bienestar.

Este enfoque no juzga, no compara, solo busca evidencias, no condena e invita a ser observador/a de sí mismo, de los demás y del mundo. La terapia busca salir de las interpretaciones erróneas proveniente de experiencias actuales y pasadas. Es eficaz y puede llegar a ser rápida pero no menos profunda. Promueve la aceptación de que todo es impermanente. Se centra en que la vida transcurre  «aquí, ahora y así».  Busca entrenar la mente para el goce.

En las psicoterapias más actuales, como la lerapia de Mindfulnes, se habla mucho de prácticas meditativas y/o contemplativas, la mayoría provienen de los postulados del budismo; sin embargo, no es la única herramienta, abarca mucho más que eso.

Es una psicoterapia compatible con otras corrientes. Actúa además en los procesos de meta aprendizaje. Es una psicoterapia personal y experiencial que con el avance promueve la autoterapia para resolver y gestionar los propios conflictos.